En la medicina medieval se dejo de utilizar la toma del pulso. Los diagnósticos estaban basados en la interpretación de las capas de sedimentos dejados por la orina, en los recipientes, que, se suponía cada una correspondía a una parte del cuerpo. Por otro lado se inspeccionaba la flema y la sangre. Los tratamientos estaban basados en las siguientes medidas:
1) Sangría, para eliminar el flujo excesivo.
2) Dieta, para evitar alimentos que pudieran provocar la discrasia.
3) Purga, para eliminación del exceso del humor causante de la enfermedad.
4) Drogas: digestivas, laxantes, diuréticas, diaforéticas, analgésicas, etc.
La cirugía era practicada por los cirujanos y los barberos, no por los médicos. Los cirujanos eran considerados de clase inferior, algunos eran nómadas, operaban hernias, cálculos vesicales o cataratas, también curaban heridas superficiales, abrían abscesos y trataban fracturas. Los barberos vendían ungüentos, sacaban dientes, ponían enemas y hacían flebotomías.
Por otro lado, se practicaban actos sobrenaturales para tratar principalmente trastornos mentales, epilepsia o impotencia, de mano de un sacerdote. También se rezaba a santos.
